EN EL CIELO ERES MARIA Y EN LA MARISMA ROCIO.

domingo, 21 de noviembre de 2010

RAZONES PARA MI PRIMER CAMINO


Caminante no hay camino, se hace camino al andar... Así de tajante y realista es el poeta. Me gusta el verbo andar. Quien se niega a vivir anclado a cualquier lugar no tiene remedio que ejercitarse recorriendo el camino con la curiosidad de saber qué hay más allá del horizonte. La historia está plagada de caminantes incansables, cuya conciencia no les dejó nunca acomodarse, desecharon la mediocridad y su mirada fue tan amplia que no dejaron espacio alguno a la cobardía ni al desánimo.

Peregrinos de ayer, de hoy y de siempre. Tal vez sea esa nuestra única y más profunda vocación. Con el equipaje detrás de la puerta por si hay que emprender camino, para no perder el tiempo. Los pies dispuestos para enamorarse de la tierra con sus luces y sombras. En busca de una meta que merezca realmente la pena, dejando si es preciso jirones de vida por ella. Comenzar una aventura apasionante, con el riesgo de saborear la sal junto con la miel al caer la tarde. Arriesgarse conlleva una mezcla de incertidumbre y esperanza, una duda junto con un sueño, una zancadilla pero al mismo tiempo una mano amiga.

Mientras escribo busco razones para emprender mi primer camino Soy de los que piensan que las cosas se tienen que hacer por convicción, en coherencia y sabiendo motivos. Llevo en mi vida la experiencia de corretear veredas que solo trajeron vacío, desgana y mentira. Hasta que un día me hablaron de alguien que dejó huellas marcadas a fuego en el corazón de quienes lo vivieron. Era un peregrino de palabras autenticas, de sonrisas libres, de manos abiertas... mensajero de buena noticia, sembrador de paz y armonía. Me hizo abandonar mis veredas y comenzar a ser mi camino.

La novedad trae la inquietud ante lo desconocido. Soy un poco de todas partes, pero ahora estoy aquí. Luchando, trabajando, sufriendo, esperando, soñando con cada jiennense. Seré un peregrino más en busca de una aldea donde hay una Madre que desea ofrecerme el gran regalo que lleva en sus manos. Todo fue demasiado rápido. Sus ojos me hicieron peregrino a pié sin haber hecho aún el camino.

Voy a hacer el camino con la confianza de quien se siente agradecido. Uniré mis pasos a las huellas del Simpecao porque mi fe así lo vive. Será un camino nuevo, diferente cada día, porque la vida es una peregrinación diaria hacia la ermita. Caminar con quienes necesitan compañía sin pedir nada a cambio sino sentirse queridos. Descubrir el sentir del creyente a cada recodo, al caer la tarde compartiendo el pan y el vino. Limpiar las lágrimas furtivas de cualquier rostro que aun es capaz de expresar sentimientos cuando se lleva ocultarlos y reprimirlos. Voy a hacer el camino porque quiero amordazar los prejuicios y apostar por la fe de un pueblo que canta a su Madre del Rocío. Necesito estar codo con codo disfrutando con mis hermanos la creencia grande de un Dios hecho hombre y de esa Blanca Paloma que anidó en las marismas.

Y cada paso será una oración al cielo del coto para que las estrellas sepan que aun en la noche la luz se llama Rocío, un piropo de esperanza, una plegaria, una ola voz, un solo corazón en continua acción de gracias. Me bautizare con el firme propósito de ser coherente con lo que creo. Nunca diré soy Rociero, si no mas bien, estoy en camino de serlo. Porque es fácil serlo nueve días, lo difícil pero lo mas hermoso es serlo el año entero.

Mis huellas sellaran el compromiso y la medalla en mi pecho sera testigo fiel de mis razones para ir a verla. Llevare conmigo la alegría de los niños, pero también su llanto, su dolor, su hambre, su abadono... Llevare la rebeldía de los jóvenes porque no creo que la juventud esté perdida, irán conmigo los jóvenes que desean ser ellos mismos y también los que dicen que pasan, algún día retomaran el buen camino. Llevare el convivir diario de las familias con sus agobios, sus prisas, con esa constante lucha por encontrar el dialogo, la paz. Llevare también las manos llenas de experiencias de los mayores, de quienes se sienten un estorbo en esta sociedad.

Caminare con la ilusión puesta en encontrarme con el Pastorcillo Divino, con la sonrisa de su Madre que sabe a marisma, a arenas y a olivos. Dejare a sus pies mi carga y le diré que me siento orgulloso de llevarla. Mi primer camino sera el de todos aquellos que se han cansado, han tirado la toalla, viven abandonados a la vera del camino sin fuerzas, esperando a que alguien se apiade y vuelva a ser cirineo par cargar la cruz de los desheredados del mundo. Presentare lo que soy y lo que tengo, mis devilidades y mis virtudes, para que siga siendo faro de guia. Le daré gracias por mi hermandad de Jaén.

Al atardecer cantare para mis adentros esa sevillana que enmarcara para siempre mi primer camino. Luego regresare de nuevo al camino que huele a albariza, a vinos de solera, a buleria. Ese que es el pan nuestro de cada día, el que da luz a la autentica vida de hermandad, porque irremediablemente tendremos que ser nosotros mismos sin tapujos. Volver con los pies cansados pero llenos de vida, deseosos de no parar nunca mientras haya razones para hacer camino.

Cuando duerman los caminos seguiré despierto, para que nunca caiga en el olvido un Simpecao que lleva el amor del rociero hecho razimo de uvas en los sarmientos de antaño. Cada mañana volveré para hacer camino con quienes piensan que aun hay motivos para seguir con la cabeza alta, que el hombre no fue echo para el pesimismo y la desesperanza.

Ven conmigo Madre, para que nunca me olvide que se hacer camino al andar, que el andar es de cristianos y de rociero mas. No dejes Blanca Paloma, que me pueda olvidar de la razón mas importante por la que voy a caminar: tu hijo que es el camino, la vida y la verdad.

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